Carlson es
un científico experimentado; es un radioastrónomo que obtuvo su título
estudiando galaxias distantes. Él se interesó en el fenómeno de 2012 a
principios de los años '70, mientras asistía a una reunión de la Asociación
Estadounidense para el Avance de la Ciencia. Allí aprendía sobre la perdida civilización maya.
Hace muchos
años, en la región en donde actualmente se encuentra la selva tropical de
Mesoamérica, prosperó una gran civilización. La gente de la sociedad maya
construyó grandes ciudades, templos ornamentados y pirámides con forma de
torre. Durante su máximo esplendor (alrededor del año 800 después de Cristo),
la población estaba compuesta de más de 2.000 habitantes por milla cuadrada
(aproximadamente 2,5 km cuadrados); esto se puede comparar con la actual
densidad demográfica de la ciudad de Los Ángeles. Los mayas dominaron la
astronomía, desarrollaron un elaborado lenguaje escrito y dejaron exquisitas
obras y artefactos para la posteridad.
Lo más
irresistible para Carlson fue el sentido maya del tiempo. "El tiempo usado
por los mayas supera por mucho cualquier escala de tiempo que usen los
astrónomos modernos. De acuerdo con nuestra ciencia, la Gran Explosión ocurrió hace 13.700 millones de años. Hay
fechas y referencias de tiempo en las ruinas maya que se extienden más allá de
un billón de años anteriores a este momento".
El Calendario del Largo Conteo maya fue diseñado para hacer un seguimiento de intervalos largos de tiempo. "Es el calendario más complejo jamás desarrollado por los seres humanos en cualquier parte del mundo".
Al usar la
escritura tipográfica moderna, el calendario se asemeja al odómetro (el
dispositivo que cuenta los kilómetros recorridos) de un automóvil. Consta de un
sistema modificado de base 20, en el cual dígitos giratorios representan
potencias de 20 días. Debido a que los dígitos son giratorios, el calendario
puede "dar un vuelco entero" y volver al punto de inicio
(repitiéndose a sí mismo); esta repetición es clave para entender el fenómeno
del año 2012.
De acuerdo
con la teología maya, el mundo fue creado hace 5125 años, una fecha que la
gente de la era moderna referiría como el "11 de agosto de 3114 Antes de
Cristo". En ese tiempo, el calendario maya se veía así: 13.0.0.0.0
El 21 de
diciembre de 2012, el calendario se verá exactamente de la misma manera:
13.0.0.0.0. En el
lenguaje de los estudiosos de los mayas, se leería 13 Bak'tuns o 13 veces
144.000 días transcurridos entre ambas fechas. Este era un intervalo
significativo en la teología maya; sin embargo, agrega Carlson, no era de tipo
destructivo. Ninguna de las miles de ruinas, códices y rocas erguidas que los
arqueólogos han examinado hablan del advenimiento del fin del mundo.
La ciencia
moderna concuerda con esto. Expertos de la NASA recientemente expusieron sus
hallazgos al público en una reunión auspiciada por Google.
Don Yeomans,
quien es el jefe del Programa para Objetos Cercanos a la Tierra (Near-Earth
Object Program, en idioma inglés), de la NASA, aseveró que no hay asteroides ni
cometas conocidos que puedan estar en colisión directa con la Tierra.
Por su
parte, Lika Guhathakurta, jefa del programa de la NASA denominado Viviendo con
una Estrella, agrega que el Sol tampoco
representa una amenaza. "El Sol ha estado activo durante miles de millones
de años (mucho antes de que los mayas existiesen), y nunca antes destruyó el
mundo".
"Actualmente,
el Sol se aproxima a su máximo de actividad dentro de su ciclo de 11
años", comenta Guhathakurta, "pero se trata del más débil de los
máximos de los últimos 50 años. Informes que indican lo contrario representan
simples exageraciones".
¿Qué
pensaría un antiguo maya acerca de todo este alboroto?
Carlson cree conocer la
respuesta: "Si
pudiésemos traer a un maya al tiempo presente, el diría que el 21 de diciembre
de 2012 es una fecha muy importante. Muchos mayas creían que los dioses que
habían creado el mundo hace 5125 años regresarían. Uno de ellos, en particular,
es una deidad enigmática conocida bajo el nombre Bolon Yokte' K'uh, quien, al
regresar, realizaría antiguos ritos de pasaje para sentar orden en el espacio y
el tiempo y para regenerar el cosmos. El mundo sería renovado, no
destruido. He
estado esperando experimentar este día durante más de 30 años", comenta.
Para él,
"experimentar el 21 de diciembre de 2012" significa visitar la tierra
de los mayas en Yucatán y pensar sobre la cúspide de su civilización, cuando
los humanos de antaño contemplaban la extensión del tiempo en órdenes de
magnitud más allá del horizonte moderno. Y, por
supuesto, apreciar el hecho de que el mundo no se acabará el 21.
Créditos: Ruth Netting (funcionaria responsable de NASA), y al Dr. Tony Phillips, (editor de producción).
Fuente: Ciencia.nasa.com
Videos: Revista Quo
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