lunes, 27 de julio de 2009

SIGMUND FREUD, PADRE Y MAESTRO DEL PSICOANALISIS

lunes, 27 de julio de 2009

La Psicología es una ciencia. Así lo afirma el diccionario de la Real Academia Española: “Ciencia que estudia los procesos mentales en personas y en animales”. A su vez, este mismo compendio detalla que esta disciplina es una “Parte de la filosofía que trata el alma, sus facultades y operaciones”. Asimismo, cuando se busca el termino Psicoanálisis, el diccionario arroja la siguiente definición: “Método utilizado para investigar y curar las enfermedades mentales mediante el análisis de los conflictos sexuales inconscientes originados en la niñez”. Si bien el psicoanálisis nació con Sigmund Freud, esta doctrina no está considerada, en el marco de los sectores más recalcitrantemente establecidos de la ciencia, una práctica legítima, lo cual es motivo (inclusive hoy) de encendido debate. Los psicoanalistas afirman que este método terapéutico es tan genuino y auténtico como la Lingüística, la Psicología, la Filosofía, la Neurología, entre otras ramas del saber. Sobre estas bases, surge la pregunta más inquietante ¿Por qué, habiendo una amplia mayoría de psicoanalistas en la Argentina, en determinados ámbitos del saber científico se despoja al psicoanálisis de validez científica?

Desde su desarrollo, el psicoanálisis se transformó en uno de los métodos más utilizados por los analistas para conocer y explicar el comportamiento mental de las personas. Todo se originó en el diván: Sigmund Freud inició sus investigaciones con los llamados “enfermos nerviosos”, al darse cuenta de que, con las terapias del momento, no se obtenía una rehabilitación completa en los enfermos. Para ello, utilizó la hipnosis como primera técnica. Los pacientes se recostaban en el diván, de manera tal que el analizado pudiera tender al sueño, convocarlo -evocarlo-, y así resultarle más fácil y rápido al analista conocer el inconsciente de la persona. De esta forma, se lograba que el individuo contara, bajo hipnosis, los incidentes traumáticos que ocasionaban sus enfermedades -como la histeria y la neurosis-. Sin embargo, esta técnica no arrojó grandes resultados, ya que las personas continuaban con los mismos síntomas patológicos una vez despertados del trance hipnótico.

Más tarde, gracias a una beca, el padre del psicoanálisis viaja a París, donde conoce a Jean-Martin Charcot -neurólogo francés-, quien le demuestra que en todos los historiales clínicos de histeria la sexualidad aparece como obstáculo.

En años posteriores, Freud publica Estudios sobre la histeria, análisis en el que se confirma la estrecha relación de la histeria con problemas sexuales.

Poco después, el fundador del psicoanálisis comienza a utilizar un nuevo procedimiento: la asociación libre. Este método consistía en dejar que el paciente expresara, sin censura alguna, todo aquello que le viniera a la consciencia de manera espontánea.

En la actualidad, la técnica de la asociación libre es la más aplicada por los psicólogos. Así, el profesor José Lomanno -Licenciado en Psicología y actual docente de la cátedra de Psicología de la Universidad Nacional de La Matanza- emplea este procedimiento con sus pacientes: “Yo aplico el psicoanálisis a mis pacientes a partir de la regla de la asociación libre. De esta manera, se desata y dispara la ejecución técnica. El marco científico tiene requisitos doctrinarios que imposibilitan el desarrollo y contexto del psicoanálisis, que necesita de libertad de pensamiento y de acción. La regla de la asociación libre es la llave para que todo esto ocurra, el sin sentido o sin razón aparente envuelve sentidos y razones”.

A su vez, María Inés Pividori -Licenciada en Psicología de la Universidad de Buenos Aires- también apela a este método ni bien ingresa a su consultorio el primer paciente del día: “En una sesión de psicoanálisis se trabaja con lo que el paciente trae. El analista va formando sus hipótesis e interviene cuando algo de lo que dice el paciente le permite tejer, ahondar, profundizar o confrontar; para así ir deshaciendo y rearmando la historia del sujeto, para que de este modo logre atravesar fantasmas y creencias que le producen padecimiento”.

Las investigaciones sobre la histeria y la utilización de la hipnosis impulsaron a Freud a desarrollar el concepto de inconsciente, al observar que en la mente pueden existir motivaciones de la conducta y de la salud física sin que se sea consciente de ello, como resultado de una represión.

En el inconsciente se encuentran los deseos y recuerdos que el sujeto reprime por resultarles inaceptables a causa de sus valores morales. La opresión del inconsciente ocasiona desórdenes psicológicos, como los involuntarios actos fallidos, las confusiones verbales, la histeria y la neurosis. Es tarea del psicoanalista descubrir, mediante el discurso del paciente, las posibles experiencias traumáticas que acarrea la vida del individuo. Al respecto, muchos profesionales sostienen que los efectos de la terapia pueden ayudar a comprender la fuerza emocional del inconsciente.

Si bien el psicoanálisis es una de las corrientes más utilizadas para hacer consciente el inconsciente de un enfermo, esta rama de la psicología no responde a los parámetros establecidos por los hombres de ciencia. Para ellos, una disciplina es científica cuando:

  • Es susceptible de validación científica: es decir, las hipótesis que constituyen su cuerpo teórico deben ser examinadas experimentalmente y establecidas como verdaderas.
  • La falsabilidad: es decir, una teoría debe ser sometida a potenciales pruebas que la contradigan. Bajo este criterio se delimita el ámbito de lo que es ciencia de cualquier otro conocimiento que no lo sea.
  • Es irrefutable: una teoría debe ser capaz de determinar bajo qué condiciones pudiera no ser válida o aplicable.

Sobre la base de estos requisitos podemos entender, parcialmente, que el psicoanálisis no es una ciencia, pero ¿hechos como el inconsciente pueden ser experimentados en un laboratorio? ¿Todo hecho/objeto de análisis científico es -debería ser- inmediatamente observable? ¿Qué es, en el campo de las denominadas Ciencias Humanísticas, o Sociales, lo observable? ¿No habría, en este sentido, que redefinir (profundizar, complejizar) el concepto de observación?

En ese sentido, la Licenciada Pividori considera que el psicoanálisis está considerado una ciencia fraudulenta por “quienes sostienen el discurso del efectivismo y éxito terapéutico y quienes trabajan con observables. El psicoanálisis trabaja con la asociación libre y posee a pesar de eso una lógica y una dirección. En general es tomada de esta manera por quienes no conocen lo suficiente o no han atravesado la experiencia. En la práctica cotidiana, sin embargo, uno puede comprobar ciertos cambios subjetivos en los pacientes, fundamentalmente el levantamiento de los síntomas que aquejan al sujeto que se propone un psicoanálisis”.

Haciendo un paralelismo con la opinión de la Doctora Pividori, el profesor Cesar Sparrow -docente a cargo de la cátedra de Psicología de la Universidad Nacional de San Marcos- considera lo siguiente: “A mi juicio, lo más conveniente sería que el psicoanálisis pudiera constituirse en una ciencia. Pero, ¿lo más conveniente para quién? Ciertamente no para el propio psicoanálisis. Si el psicoanálisis puede investigarse científicamente, como lo sostienen algunos filósofos de la ciencia e investigadores, entonces corre el riesgo de modificar significativamente sus principios, lo que afectaría su cuerpo teórico, pudiendo éste en última instancia ser refutado”.

Entonces, si este método terapéutico no está avalado por la comunidad científica -como afirman los hombres de ciencia- ni tampoco es una ciencia fraudulenta -como bien aclara la Licenciada Pividori-, ¿qué es el psicoanálisis?

Si en una biblioteca tuvieran que organizar los libros de esta materia, ¿en qué lugar los ubicarían? ¿en el sector que dice Doctrinas sobre el sujeto? (ya que esta corriente da explicaciones convincentes y coherentes sobre la naturaleza, las motivaciones y el devenir del hombre); ¿en el sector de Ética? (porque presenta principios y pautas de conductas para el ejercicio de su práctica); ¿se los podría encontrar en la estantería más alta, junto a los libros que hablan de Fe? (ya que es necesario aceptar sus conceptos y asumirlos como verídicos, para seguir ahondando en sus saberes); ¿o debajo de todo, donde quedan perdidos los libros de Hermenéutica? (en tanto esta práctica fundada por Freud pretende descifrar el significado oculto que contienen algunos hechos de discurso que se prestan a ciertas ambigüedades).

Está atravesado por diferentes discursos: la Filosofía, la Matemática, la Atropología, la Lingüística… El psicoanálisis es un discurso que se basa en la escucha del paciente, que se sostiene desde una estructura determinada”, nos responde la Licenciada María Inés Pividori, quien, además, nos aclara que este método terapéutico trabaja con la lógica, “ya que uno de sus fundamentos es que el psicoanálisis está estructurado como un lenguaje”, concluye.

En este sentido, el profesor Sparrow y el Licenciado Lomanno consideran que el psicoanálisis responde más a una filosofía. El docente de la ciudad de Lima sostiene que esta práctica se encuentra animada por el deseo de saber, “aunque el psicoanálisis nunca fue propuesto formalmente como una filosofía, es para los psicoanalistas una fuente fehaciente de información para concebir e interpretar el mundo humano”.

Jacques Lacan -psicoanalista francés considerado uno de los analistas más influyentes del siglo XX- leyó y resignificó los trabajos de Freud desde los ámbitos del saber lingüístico y filosófico. De esta manera, en uno de sus tantos seminarios, expresó: “Lo que tengo que decirles, voy a decírselos: el psicoanálisis debe ser tomado en serio, aún cuando no sea una ciencia”.

PARA SEGUIR PENSANDO

A lo largo de toda su obra, el padre del psicoanálisis fue dando forma a los principios que conformaban el marco teórico de esta rama de la Psicología, que, aún en nuestros días, es duramente cuestionada y criticada. Su muerte -en 1939- le impidió finalizar sus investigaciones. Hay quienes afirman que si Freud no hubiese muerto, hubiese logrado desarrollar toda la teoría psicoanalítica.

Sus años de dedicación y estudio lo sumieron en una completa soledad, ya que sus teorías eran permanentemente rechazadas y desvalorizadas. Sin embargo, con la publicación del libro La interpretación de los sueños, este pensador logró exponer una de las cuestiones fundamentales de sus investigaciones: los sueños –parecía sugerir Freud- son capaces de revelarnos, en su manifiesto velo de deformaciones, los misterios que atesora el inconsciente.

Sin lugar a dudas, el legado de este investigador -que se propuso de muy joven aprender castellano para leer El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha- prevalecerá hasta el fin de los tiempos. Los conocedores de esta materia no lo recuerdan por ser uno de los primeros doctores de la Viena victoriana. Ellos lo recuerdan por ser el padre y maestro del psicoanálisis.

Fuente:

-http://es.wikipedia.org/wiki/Freud

-Revista de Psicología de la UNMSM (2003). Año VII, Nº 4

- Lacan, Jacques. Seminario 25. “El momento de concluir”. Clase 1. (1977)

- http://es.wikipedia.org/wiki/Jacques_Lacan

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Sigmund Freud, padre y maestro del psicoanálisis
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1 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bueno billy ! aplauso. Que laburo periodístico, con que naturalidad hilas conocimientos aislados para hacinarlos con el mayor sentido y armonía posibles.
Te dejo unas felicitaciones.

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